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muchos, muchos años, estaba ahí en el
altar Orfeo. Él era un músico extraordinario; podía tocar cualquier tipo de
instrumentos, desde una armónica hasta un arpa. Viniendo de la mano de su padre
estaba Eurídice y cuando llego al altar (donde estaba Orfeo), ¡DIERON EL SI!
Ya
casados, juntos y felices, se les ocurrió jugar a las escondidas, Orfeo contaba
y Eurídice se escondía en el bosque. Ella tropezó y cayó a un punto donde nadie
podía verla, pero de pronto apareció una serpiente, ella estaba muy asustada y
salió corriendo, pero no alcanzó todo lo que corrió, la serpiente la mordió y
ella murió.
Cuando Orfeo se entera de esto baja muy
rápidamente al reino de los muertos. Trata de convencer a los dioses del infierno,
pero ninguno acepta. Tan astuto Orfeo demuestra que está muy deprimido por la
muerte de su madre, y como sigue sin convencerlos, entra por su cuenta.
Estaba su madre, su hermana, y la más bella
ninfa de los bosques Eurídice. Orfeo saludó a todos y se fue con su amada. Ya
llegando a la puerta ven todo negro, y debería ser al revés; tendría que estar
cada vez mas iluminado llegando a la vida.
Eso era señal de que los dioses el infierno
se enteraron de que Orfeo había entrado
a su reino y serraron la puerta, y a Orfeo no le quedó más opción que la muerte
eterna. Y con suerte pudo morir con su amada
MICAELA BRUZZESE
6° C
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